Como
hemos visto la depresión es el resultado de interacciones complejas entre
factores sociales, psicológicos y biológicos. A su vez, la depresión puede
generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona
afectada y, por consiguiente, la propia depresión.
Está
demostrado que los programas de prevención reducen la depresión. Las
intervenciones dirigidas a los padres de niños con problemas de conducta pueden
reducir los síntomas depresivos de los padres y mejorar los resultados de sus
hijos. Los programas de ejercicio para las personas mayores también son
eficaces para prevenir la depresión.
Los padres pueden
ayudar a sus hijos:
- Siendo más comprensivo
- Animarlo a hacer alguna actividad física
- Animarlo a mantener una vida social activa
- Manteniéndose involucrado e interesado en el tratamiento
- Investigando y aprendiendo acerca de la depresión
La psicoterapia ha
demostrado ser efectiva para una depresión leve. Los adolescentes que sufren de
depresión suelen mostrar procesos de pensamientos negativos y una mala
adaptación, síntomas que pueden ser efectivamente explorados dentro de la
terapia.
La terapia cognitiva
conductual (CBT por sus siglas en inglés) y la terapia interpersonal han
demostrado ser altamente eficaces como terapias del habla. En la terapia
cognitiva conductual, los jóvenes son capaces de explorar sus pensamientos
negativos tales como, “Nadie me quiere”, “No soy lo suficientemente bonita o
guapo para tener novio (a)” o “Saqué malas calificaciones en la escuela, así que
mejor la dejo”.
En la terapia interpersonal,
los adolescentes exploran y desarrollan habilidades que los ayuden a mejorar
sus relaciones interpersonales y como hacer frente a los problemas.
Los medicamentos
antidepresivos pueden ser necesarios para aliviar los síntomas en aquellos
pacientes que sufren de depresiones más severas. En la actualidad, los únicos
medicamentos antidepresivos aprobados por la Administración de drogas y
Alimentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) para la
depresión en los jóvenes son la Fluxetina (Prozac) y el Escitalopram (Lexapro).
El impacto de los antidepresivos en el cerebro del joven en desarrollo aún no
se conoce completamente; especialmente por la manera como el cerebro maneja el
estrés y regula las emociones.
Fuente:
La Alianza Nacional de Enfermedades Mentales
(NAMI de Greater Chicago), La Depresión Mayor en los Adolescentes, Recuperado
de http://www.namichicago.org/documents/ladepresionmayorenlosadolescentes.pdf
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