sábado, 7 de noviembre de 2015

Técnicas y tratamientos

Existen diversos enfoques de la psicología que proponen tratamientos para la depresión, los principales son:
Tratamientos farmacológicos.
Tratamientos cognitivos.
Tratamientos conductuales.

Tratamiento farmacológico.

Se han empleado distintos fármacos antidepresivos: los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), los tricíclicos, y los antidepresivos y los más modernos que actúan aumentando la disponibilidad de los principales neurotransmisores que intervienen en la depresión, sin embargo es conveniente destacar, que según los expertos es necesario  acompañar a los fármacos con terapias, ya que, estos medicamentos, actúan en la disfunción cerebral, pero requiere un cambio conductual que se lleva a cabo en las terapias cognitivas y conductuales.

Tratamiento Cognitivo conductual clásico.
Ve al hombre como una máquina que procesa información del medio antes de emitir una respuesta, clasifica, evalúa y asigna significado al estímulo que recibe en función de su conjunto de experiencias que tiene almacenadas en su memoria, provenientes sus experiencias anteriores de interacción con el ambiente y de sus creencias, suposiciones, actitudes y  visiones del mundo,  los trastornos emocionales surgen de los pensamientos irracionales. Si se analizan los pensamientos que están detrás de un comportamiento y se le hace lógico y racional, el problema psicológico se solucionará

Entre las técnicas conductuales encontramos: la programación de actividades y asignación de tareas graduales, la práctica cognitiva y el entrenamiento asertivo. En las técnicas cognitivas destacamos en entrenamiento en observación y registro de cogniciones, demostrar al paciente la relación entre cognición, afecto y conducta, entre otras.

Activación conductual 
El individuo ha dejado de recibir refuerzos de su entorno y es esa falta de refuerzos lo que le produce la depresión. Por eso, la activación conductual consiste en un proceso que le propone realizar conductas observables que probablemente le llevarán a un entorno que le refuerce y, de esta forma, produzca las mejoras correspondientes en pensamientos, estado de ánimo y sobre todo en calidad de vida

La terapia de autocontrol de Rhem para la depresión
Las habilidades de autocontrol se consideran importantes para asegurar que un individuo consiga refuerzo externo. También lo son para reaccionar ante el fracaso, ya que permiten persistir o cambiar la conducta que va dirigida a al objetivo que se pretende.
Psicoterapia Interpersonal para la depresión
Ve a la depresión como una enfermedad asociada a una disfunción en las relaciones personales 
Las disfunciones que tiene en cuenta son:
1. Un duelo no resuelto. Negación de una muerte, divorcio etc. 
2. Cuando los papeles en la relación no están bien establecidos, se dan disputas en los roles. 
3. Los problemas que surgen en las transiciones de un rol social a otro pueden estar en el origen de la depresión. Por ejemplo, cuando una persona de estatus social alto pierde su fortuna.

Bibliografía
Seligman, M, E. (1975) Helplessness: On depression, developmen, and death. San Francisco: Freedman.
Skinner, B, F. (1953) Science and human Behavior. Nueva York: Free Press,
Suárez, G.V. (1988) Validación de la escala de automedición de la depresión de Zung en Adolescentes estudiantes de Secundaria Mexicanos. Tesis de Licenciatura. Facultad de Psicología UNAM, México.

EPIDEMIOLOGIA

La organización mundial de la salud  (OMS), en 2012, indica que la prevalencia de vida promedio de la depresión a nivel mundial varía entre 8% y 12%, esto es aproximadamente unos 350 millones de personas se ven afectadas. El país con menor prevalencia es Japón con 3% y el de mayor prevalencia es Estados Unidos con 16,9%. La variación de los porcentajes se debe a diferencias culturales y distintas medidas de exposición a los diversos factores de riesgo y protección.

Así mismo, reporta diferencias de género, indicando que las mujeres son dos o tres veces más propensas a desarrollar depresión. Además, son quienes más llevan a cabo intentos de suicidio en comparación de los hombres; sin embargo, son ellos quienes concretan más a menudo los intentos.

Entre los países de América Latina que han desarrollado estudios en epidemiología de la depresión son Chile, México y Colombia. La prevalencia de vida, el primer país obtuvo 9,2%, el segundo 3,3% y el tercero, 12,1%, de los cuales, solo Chile y Colombia tienen cifras de prevalencia de depresión mayor, con 5.5% y 5,6%, respectivamente.

Los trastornos depresivos son muy comunes y son la cuarta causa de discapacidad en el mundo. Se prevé que la depresión será la segunda causa principal de discapacidad en personas de todas las edades en el año 2020. Alrededor del 20% de los adultos se verán afectados en algún momento de su vida por algún trastorno anímico y, en concreto, el 8% va a tener un episodio de depresión mayor. Las personas de entre 18 y 44 años, tendrán a la depresión como causa principal de discapacidad y muerte prematura.

Entre el 5 y el 10% de las consultas de atención primaria están relacionadas con algún problema relacionado con la depresión.

A pesar de que existen tratamientos muy asertivos para manejar la depresión, más de la mitad de los pacientes en todo el mundo no reciben dichos tratamientos. Los motivos más comunes que afectan el tratamiento son la falta de recursos económicos, personal sanitario, una deficiente evaluación clínica, etc. Debido a ello se diagnostica erróneamente a algunos pacientes

Algunas cifras

La depresión es un trastorno mental frecuente que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo.
La depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial de morbilidad.
La depresión afecta más a la mujer que al hombre.
En el peor de los casos, la depresión puede llevar al suicidio.
Hay tratamientos eficaces para la depresión.
Hoy por hoy afecta entre 12 y 20% a personas adultas, es decir, entre 18 y 65 años.
Esta patología se ubica en el top ten de las primeras causas de atención de consulta externa en el IMSS y el ISSSTE, así como en hospitales de la Secretaría de Salud federal y estatales del país.
Hay estimaciones que 25 millones de mexicanos podrían desarrollar trastornos afectivos, es decir, depresión.
De 10 mexicanos que acuden con el médico general, cuatro presentan algún grado de depresión.
En la Encuesta Mexicana de Salud Mental Adolescente realizada en la Ciudad de México, se reportó que 10.5% de los adolescentes de entre 12 y 17 años de edad presentaron depresión mayor, distimia y trastorno bipolar I y II.
En México, estudios realizados por la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, demostraron que el inicio de los trastornos psiquiátricos se da en edades tempranas, durante las primeras décadas de vida,  y que 2.0% de la población mexicana ha padecido un episodio de depresión mayor antes de los 18 años de edad.

Referencias:


1.- Organización Mundial de la Salud. Centro de Prensa. Nota descriptiva N° 369.  Octubre 2012. Recuperada de http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs369/es/
2.-  Epidemiología de la depresión. (2011). Recuperado de http://www.recursosdeautoayuda.com/epidemiologia-de-la-depresion-2011/}

3.- Intervención psicosocial y bienestar. Epidemiología de la depresión. Recuperado de: http://intervencionpsicosocialybienestar.bligoo.es/epidemiologia#.VjwTCtIvfMw

 4.- Organización Mundial de la Salud (OMS),  recuperado en http://www.who.int/topics/depression/es/

5.Ruth Rodríguez (2014), Depresión, en crecimiento en México: Secretaría de Salud, El Universal.com, recuperado en http://www.redpolitica.mx/nacion/depresion-en-crecimiento-en-mexico-secretaria-de-salud.

6. Veytia López, Marcela; González Arratia, Norma; López Fuentes, Ivonne; Andrade Palo, Patricia y Hans Oudhof (2012), Depresión en adolescentes: El papel de los sucesos vitales estresantes, Salud Mental, Vol. 35, No. 1, enero-febrero 2012, pp.37-43.

Conceptualización:

Se puede conceptualizar a la depresión como la presencia de síntomas afectivos, que son sentimientos y emociones como la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad, la sensación subjetiva de malestar y la impotencia frente a las exigencias de la vida; sin embargo también hallamos, en mayor o menor grado, los síntomas de tipo cognitivo, volitivo o somático, como son la falta de interés, cansancio y falta de concentración. Por lo tanto, todo esto contribuye a la afectación de cómo se percibe la afectividad o, en el caso contrario, la ausencia de la misma (Alberdi et al. 2006).

Otros datos que se deben tomar en cuenta para llevar a cabo un diagnóstico oportuno en un trastorno depresivo son: el deterioro en el aspecto personal y la apariencia, movimientos lentos, bajo tono de voz, poca o nula expresión en el rostro, llanto espontáneo, bajo nivel de concentración, ideas pesimistas, hipocondría, alteración en el patrón de sueño, etc. (Alberdi et al. 2006).

Por otro lado, se tienen factores que son determinantes en la expresión de la depresión como son: pérdida de interés por actividades cotidianas, de diversión o esparcimiento, así como pensar que situaciones cotidianas son vividas de forma desagradable, con desgano y falta de energía sin razón aparente.

La depresión puede evolucionar hasta ser crónica y con ello incapacitar el desempeño laboral o escolar, así como la forma de afrontar los sucesos de la vida diaria de un individuo no importando la edad, sexo, raza o religión a la cual pertenezca. De no diagnosticarse o tratarse a tiempo puede concluir el caso en un suicidio.  

                                           

Fuentes:

1.- Alberdi J., Taboada O., Castro C. y Vázquez C. (2006) Depresión. Guías Clínicas 2006;  http://www.fisterra.com  Recuperado de http://www.scamfyc.org/documentos/Depresion%20Fisterra.pdf

2.- Organización Mundial de la Salud. Temas de Salud. Depresión. Recuperado de http://www.who.int/topics/depression/es/

jueves, 5 de noviembre de 2015

Programas de prevención para la depresión

Como hemos visto la depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia depresión.

Está demostrado que los programas de prevención reducen la depresión. Las intervenciones dirigidas a los padres de niños con problemas de conducta pueden reducir los síntomas depresivos de los padres y mejorar los resultados de sus hijos. Los programas de ejercicio para las personas mayores también son eficaces para prevenir la depresión.

Los padres pueden ayudar a sus hijos:
  • Siendo más comprensivo
  • Animarlo a hacer alguna actividad física
  • Animarlo a mantener una vida social activa
  • Manteniéndose involucrado e interesado en el tratamiento
  • Investigando y aprendiendo acerca de la depresión

La psicoterapia ha demostrado ser efectiva para una depresión leve. Los adolescentes que sufren de depresión suelen mostrar procesos de pensamientos negativos y una mala adaptación, síntomas que pueden ser efectivamente explorados dentro de la terapia.

La terapia cognitiva conductual (CBT por sus siglas en inglés) y la terapia interpersonal han demostrado ser altamente eficaces como terapias del habla. En la terapia cognitiva conductual, los jóvenes son capaces de explorar sus pensamientos negativos tales como, “Nadie me quiere”, “No soy lo suficientemente bonita o guapo para tener novio (a)” o “Saqué malas calificaciones en la escuela, así que mejor la dejo”.

En la terapia interpersonal, los adolescentes exploran y desarrollan habilidades que los ayuden a mejorar sus relaciones interpersonales y como hacer frente a los problemas.

Los medicamentos antidepresivos pueden ser necesarios para aliviar los síntomas en aquellos pacientes que sufren de depresiones más severas. En la actualidad, los únicos medicamentos antidepresivos aprobados por la Administración de drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) para la depresión en los jóvenes son la Fluxetina (Prozac) y el Escitalopram (Lexapro). El impacto de los antidepresivos en el cerebro del joven en desarrollo aún no se conoce completamente; especialmente por la manera como el cerebro maneja el estrés y regula las emociones.

Fuente:
La Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI de Greater Chicago), La Depresión Mayor en los Adolescentes, Recuperado de http://www.namichicago.org/documents/ladepresionmayorenlosadolescentes.pdf

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Contexto de la depresión en adolescentes

   Durante la adolescencia se presentan diversos cambios tanto a nivel fisiológico, como a nivel psicológico, tales acontecimientos llevan al adolescente a tener muchas interrogantes, pocas respuestas y desconcierto ante los cambios en general, tal hecho provoca en ciertos adolescentes malestar emocional, como la sintomatología depresiva.

  Un funcionamiento social deficiente empeora a veces la relación entre el progenitor e hijo durante la adolescencia y puede también afectar las amistades y las relaciones amorosas.
Según García (2002) y la La Alianza Nacional de Enfermedades Mentales entre los factores que exponen a los adolescentes a la depresión y a las reacciones al estrés se encuentran:
  • Imagen corporal negativa, que puede producir depresión y trastornos alimentarios.
  • Problemas familiares o de salud mental de los padres
  • Poca popularidad entre los compañeros
  • Bajo aprovechamiento escolar
  • Disminución en el rendimiento de la escuela
  • Y/o Problemas con las autoridades
  • Abuso de substancias
  • Cambios en los patrones de comer o dormir
  • Inquietud y agitación
  • Indecisión, falta de concentración, todo se olvida
  • Sentimientos de culpa
  • Baja autoestima
  • Sentimientos de incapacidad para satisfacer ideales
  • Reacción exagerada a la critica
  • Sentimientos de ira y rabia
  • Falta de placer en actos que normalmente serian placenteros
  • Falta de entusiasmo, energía y motivación
  • Sentimientos de tristeza y desesperanza
  • Aislamiento de los amigos y actividades

  Por lo anterior, la depresión, además del inmenso sufrimiento que representa para quien la padece, tiene consecuencias importantes sobre la salud física, produce desarmonía familiar, es responsable sobre todo, de conductas destructivas, entre las que se encuentran los intentos de suicidio, así como accidentes en el hogar. Además, al presentarse una sintomatología depresiva, muchos adolescentes pueden buscar refugio en las drogas, como una medida para evadir su realidad, negarla o enfrentarla.

Fuente:

García Blancas, Alma Rosa (2002) La influencia de la familia y el nivel de depresión hacia el consumo de drogas en los adolescentes de la ciudad de México. (Tesis inédita de Licenciatura en psicología). Universidad Nacional Autónoma de México, México, D. F.

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Tipos y síntomas de la depresión


El Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-R), aborda la depresión, distinguiendo diferentes niveles depresivos, estos son:
  • Episodio depresivo mayor. En este tipo, los síntomas aparecen durante la mayor parte del día, casi a diario y por un período de dos semanas como mínimo. Los síntomas incluyen la alteración del apetito (por lo general disminuye), alteraciones del sueño (insomnio o hipersomnia), agitación manifiesta mediante la incapacidad de permanecer sentado, deambulación continua, retorcimiento de manos, estiramiento o manoseo del cabello y/o piel, enlentecimiento psicomotor y disminución de energía (sentimientos excesivos o inadecuados de inutilidad o culpa, dificultades de pensamiento o de concentración e ideas de muerte recurrentes o ideas o intentos de suicidio). Los síntomas asociados más frecuentes a este episodio son llanto, irritabilidad, ansiedad, rumiación obsesiva o repetitiva, crisis de angustia, excesiva preocupación por la salud física y fobias.
  • Distimia.
     
    Es difícil distinguir la diferencia entre depresión mayor y distimia, debido a que comparten la sintomatología característica. Generalmente la primera consiste en uno o más episodios depresivos mayores que pueden diferenciarse de la conducta habitual, en tanto que la distimia se caracteriza por un síndrome depresivo leve o crónico, que se ha mantenido durante muchos años.


Otros niveles depresivos referidos en el DSM-IV-R, son la Melancolía, el Trastorno Bipolar y la Ciclotímia, episodios depresivos que sólo se mencionarán, ya que para los fines del presente trabajo sólo se consideran el nivel depresivo mayor y el episodio depresivo distímico, esto por las edades en que se desarrollan (la infancia y la adolescencia principalmente) y su relación establecida con el consumo de sustancias psicoactivas.


Según la Organización mundial de la salud (OMS) la depresión puede clasificarse de la siguiente manera:

  • Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o graves.
  • Una distinción fundamental es la establecida entre la depresión en personas con y sin antecedentes de episodios maníacos. Ambos tipos de depresión pueden ser crónicos y recidivantes, especialmente cuando no se tratan.


  • Depresión unipolar: Durante los episodios depresivos típicos hay estado de ánimo deprimido, pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, y reducción de la energía que produce una disminución de la actividad, todo ello durante un mínimo de dos semanas. Muchas personas con depresión también padecen síntomas de ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito, sentimientos de culpa y baja autoestima, dificultades de concentración e incluso síntomas sin explicación médica.


  • Trastorno bipolar: Este tipo de depresión consiste característicamente en episodios maníacos y depresivos separados por intervalos con un estado de ánimo normal. Los episodios maníacos cursan con estado de ánimo elevado o irritable, hiperactividad, logorrea, autoestima excesiva y disminución de la necesidad de dormir.

Fuente:
Organización Mundial de la Salud (OMS) recuperado de http://www.who.int/topics/depression/es/

miércoles, 4 de noviembre de 2015


DEFINICIÓN
Según la Organización mundial de la salud


La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.


La depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar medicamentos y psicoterapia profesional.


La depresión es un trastorno que se puede diagnosticar de forma fiable y que puede ser tratado por no especialistas en el ámbito de la atención primaria.

ETIOLOGÍA

La palabra depresión proviene del término latino depressio que, a su vez, procede de depressus (“abatido” o “derribado”). Se trata de un trastorno emocional que hace que la persona se sienta triste y desganada, experimentando un malestar interior y dificultando sus interacciones con el entorno.